Lesión de Ligamento cruzado anterior (LCA)

La lesión del ligamento cruzado anterior (LCA) es el desgarro o esguince de este ligamento, que es una de las fuertes bandas de tejido que ayudan a conectar el fémur con la tibia. Impide que la tibia se deslice del fémur.

En esta ocasión, nos hemos centrado en la explicación e introducción de la lesión.

Epidemiologia en deporte, fútbol y factores de riesgo

El fútbol, es el deporte en el que se han realizado el mayor número de estudios en relación con la lesión de ligamento cruzado anterior. Debido a que se ha expuesto un alto riesgo de lesiones, considerando que la incidencia general de lesiones es de 6,6 lesiones cada 1000h.

Padecer esta lesión, es un motivo de preocupación por el deportista, ya que tiene importantes consecuencias en la posibilidad de desarrollar artrosis de rodilla temprana o nuevas lesiones en el injerto o bien en la rodilla opuesta.

La lesión de LCA no es una lesión de alta incidencia, con una media de 0,43-0,60 lesiones por equipo por temporada en equipos profesionales de fútbol.

Factores de riesgo de lesión LCA

  • Mecanismo de rodilla en valgo, cadera en abducción, pie plano, rotación externa y inclinación con rotación del tronco al lado opuesto. Estos movimientos aumentan las cargas multiplanares de la articulación de la rodilla, y por lo tanto aumentan la carga del LCA.
  • Diferentes niveles de fuerza y relación en la musculatura del cuádriceps y los isquiotibiales.
  • Mala coactivación de isquiotibiales y cuádriceps, que impida proteger la rodilla contra fuerzas de cizalla anterior de la tibia.
  • Capacidad “propioceptiva”.
  • Coactivación de la musculatura de la cadera y los isquiotibiales para reducir la carga de la rodilla.
  • Alteraciones de la movilidad en el tobillo y en la cadera, podría predisponer a la rodilla a tener que aumentar cargas más altas y aumentar el riesgo de LCA.
Lesión de Ligamento cruzado anterior (LCA)

¿Pero qué ocurre de verdad en la lesión de ligamento cruzado anterior? ¿Cómo debemos actuar?

En la lesión del Ligamento cruzado anterior se producen unas importantes alteraciones del sistema nervioso central (SNC). Parte importante del proceso de readaptación, consiste en generar estrategias para revertir o minimizar los cambios y las “mal adaptaciones” “producidas por la propia lesión.

En el estudio de Wiggins et al. (2016) se expone que no resolver estos cambios (poco visibles) producidos por la lesión puede suponer un aumento de posibilidades de recidiva de la propia lesión. Es por este motivo, que uno de los objetivos principales del proceso es trazar estrategias para revertir esta situación.

Explicación neurofisiológica

Las principales “mal adaptaciones” del SNC son una alteración del input aferente (disrupción de información aferente) y un incremento del input aferente nociceptivo proviniendo de los nociceptores. Cuando el cerebro detecta amenazas (input nociceptivo) genera protección tipo dolor, alteración control motor, inhibiciones en músculos para no generar tanto estrés. La principal alteración del output motor a nivel motor es la inhibición muscular artrogénica del cuádriceps.

Consejos prácticos

Para una adecuada estabilización de la rodilla, no es suficiente con aguantar el “equilibrio” encima de una plataforma inestable, necesitamos poseer la mayor información sensorial posible “feedforward”.

Durante la lesión, es muy habitual compensar el “input propioceptivo” por las áreas visuales. Es decir, potenciar el input visual y no el propioceptivo (debemos priorizar siempre en el proceso de recuperación, la información sensorial propioceptiva y no visual). Debemos generar estrategias de trabajo mediante ejercicios y herramientas de información no visual.

También se ve afectado el procesamiento de toma de decisiones. La velocidad de transmisión de “órdenes” pasa a ser más lento, y esto provoca un aumento del riesgo de lesión.

Es muy importante durante el proceso de recuperación combinar con ejercicios con cierta dificultad en la destreza motora para generar esfuerzo cognitivo y cambios neuroplásticos.

También debemos utilizar herramientas que generen “primming”, (activación de conceptos específicos en la memoria para poder influir en los comportamientos). A nivel periférico la vibración local es la mejor opción.

Gran conocido también es el uso del entrenamiento excéntrico para mejorar la excitabilidad intracortical, incluso se encuentran resultados positivos hacia la rodilla lesionada realizar entrenamientos de la musculatura de la rodilla sana.

¿Qué tipo de entrenamiento preventivo es mejor para prevenir la lesión de ligamento cruzado anterior?

Según la revisión sistemática de Olivares-Jabalera (2021), se estudiaron las mejores estrategias de entrenamiento basadas en ejercicios, para reducir la incidencia de la lesión de LCA en jugadores adultos de fútbol.

Un buen calentamiento dirigido a preparar las estructuras para la actividad central del entrenamiento, ejercicios de estabilidad hacia la musculatura central del tronco, entrenamiento propioceptivo de la rodilla y la modificación de la adecuada técnica del gesto deportivo parecen ser las acciones con mejores resultados. Sin embargo, se requieren intervenciones adaptadas individualmente a mecanismos específicos de la lesión del LCA.

¿Por qué venir a UNUM Andorra si padezco una lesión de LCA?

La gravedad de la lesión del ligamento cruzado anterior (LCA) y la dificultad subsiguiente para reintegrarse al deporte obliga a realizar un proceso de rehabilitación individualizado y muy riguroso.

El equipo Unum quiere ayudarte, somos conscientes del cuidado que necesita el deportista ante una lesión. Tenemos muy claros los puntos clave del proceso de rehabilitación y los trabajamos de forma coordinada con todo el equipo. Si quieres una valoración de esta lesión, puedes ponerte en contacto con nosotros en este enlace.

Bibliografía

Wiggins, A. J., Grandhi, R. K., Schneider, D. K., Stanfield, D., Webster, K. E., & Myer, G. D. (2016). Risk of secondary injury in younger athletes after anterior cruciate ligament reconstruction: a systematic review and meta-analysis. The American Journal of Sports medicine44(7), 1861-1876.

Olivares-Jabalera, J., Fílter-Ruger, A., Dos’ Santos, T., Afonso, J., Della Villa, F., Morente-Sánchez, J., … & Requena, B. (2021). Exercise-based training strategies to reduce the incidence or mitigate the risk factors of anterior cruciate ligament injury in adult football (soccer) players: a systematic review. International journal of environmental research and public health18(24), 13351.

Della Villa, F., Buckthorpe, M., Grassi, A., Nabiuzzi, A., Tosarelli, F., Zaffagnini, S., & Della Villa, S. (2020). Systematic video analysis of ACL injuries in professional male football (soccer): injury mechanisms, situational patterns, and biomechanics study on 134 consecutive cases. British journal of sports medicine54(23), 1423-1432.

Waldén, M., Hägglund, M., Magnusson, H., & Ekstrand, J. (2011). Anterior cruciate ligament injury in elite football: a prospective three-cohort study. Knee surgery, sports traumatology, arthroscopy19(1), 11-19.

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